Se cree que han existido varias Troyas a lo largo de la historia. Bajo el montículo de Hirssalik (Turquía) en la "llanura Troyana" a 6 Km del Heleponto y el Egeo, hay diferentes ciudades superpuestas en una sucesión de estratos. Se han identificado nueve de esas ciudades. La más antigua, o sea el estrato más profundo, corresponde a una pequeña aldea neolítica (3000-2500 A.C).

Una segunda ciudad se halló encima. Fue reconstruida dos veces. Pudo haber existido alrededor del 2000 A.C., o sea, antes de la aparición de la civilización micénica. Un incendio acabó con esta urbe y quedó deshabitada durante muchos años. Los troyanos de este periodo alcanzaron un gran desarrollo cultural como lo demuestran los restos encontrados (objetos de oro, plata, bronce y cerámica, murallas, etc.)   

Las tres ciudades que se construyeron más adelante (2000-1800 A.C.) son pequeños poblados con un grado de desarrollo cultural inferior al de la segunda ciudad. Las casas encontradas son muy sencillas, hechas con piedra y ladrillos cocidos al sol.

La sexta ciudad es la que los arqueólogos han identificado como la mítica Troya de Homero. Es una una urbe micénica con una extensión superior a todos los anteriores asentamientos. Posee importantes elementos defensivos como altos muros y torres. En su interior, complejos edificios se distribuyen de forma concéntrica alrededor de un megarón. La rica orfebrería y alfarería encontrada demuestra los lazos comerciales que la ciudad mantenía con otros lugares del mundo micénico como Creta. Su fecha de fundación se encuentra entre (1800-1200 A.C.).

Tras episodios destructivos como un terremoto y guerras, los troyanos continúan viviendo y nuevas poblaciones se construyen encima de los restos de la Troya micénica, en lo que son los tres estratos siguientes. Pequeñas aldeas son sucedidas por una ciudad con características helenísticas, Ilion. Esta sucesión se produce entre los años 1000 y 100 A.C.

La última de las ciudades existió ya dentro de la época cristiana. Se llamaba Illium Novum y pertenecía a la cultura grecorromana. Restos de un pórtico y un teatro forman parte de lo que debió ser una nueva época esplendorosa. Roma reverenció esta ciudad por creer que de allí partieron sus fundadores.  

Finalmente, después del siglo V D.C., el abandono sumerge a Troya y las otras ciudades en el olvido hasta que Heinreich Schliemann  da con los restos de los asentamientos entre 1871 y 1882.

Información obtenida de Enciclopedia del Mundo.